El Pais – 8/2011

No todo el deporte es futbol y baloncesto

Fuera de los pasatiempos populares hay una amplia gama de alternativas que responden a personas con inquietudes distintas

CAROLINA GARCÍA Madrid

En España existe algo más que el fútbol. Tras ganar el mundial parece que los niños de mayor solo quieren ser futbolistas, pero no es cierto; son muchos los que buscan nuevas experiencias y opciones. Juegos con «balón» diferentes y llenos de técnica y diversión que muestran que de vez en cuando no está mal salirse de los estereotipos establecidos.

El Kinbal, por ejemplo, es un deporte distinto practicado con un balón gigante que pesa un kilo y tiene más de un metro de diámetro. Nació en Québec (Canadá), de la mano de un profesor de Educación Física llamado Mario Demers. Inventado en 1968, surgió con el fin de eliminar los individualismos en el deporte y fomentar la interacción positiva.

Participan tres equipos de ocho jugadores en un campo cuadrado de veinte por veinte metros, aunque sólo cuatro por cada bando están en pista simultáneamente. El juego se basa en una estrategia de saque y recepción que va involucrando a los tres equipos. Los equipos pueden ser mixtos y se distinguen en el campo con petos de tres colores: rosa, gris y negro. Aunque el tiempo de juego varía según el tipo de competición, generalmente consta de tres tiempos de 15 minutos cada uno.

El bossaball es un deporte que mezcla del fútbol, voleibol y gimnasia. Combina elementos de esos deportes en un campo con camas elásticas e inflables, dividido por una red. Filip Eigmans es su creador. «Hace seis años se me ocurrió la idea pero son cinco desde que se puede considerar un deporte». Manager de la música desde hace 15 años, dice que su segunda afición es el deporte. «En los años 90 se produjo un boom enorme del voleibol, el futbol estaba más que asentado y me acordé de mis clases de gimnasia en el instituto, de ahí salió el bossaball». Debe su nombre a su afición por la bosanova y la palabra pelota, «estas melodías recuerdan a las tardes brasileñas en la playa, es una música que me encanta. A veces en los campeonatos se pone música latina pero no a Carlos Baute, este tipo de música mezclada con el dance». Se practica en 25 países en el mundo. «Asia, Sudamérica, mucho en Oriente Próximo y en algunos Países de Europa». El juego puede instalarse en cualquier ubicación, en interior o exterior y lleva menos de 45 minutos montarlo y ponerse a jugar.

Un jugador en la cama elástica se prepara para rematar el balón a campo contrario / BOSSABALL.COM

Lleva 13 años en España y tiene una gran frustración: «hemos abierto un centro en Marbella y la gente que se apunta es extranjera. España va muy por detrás en comparación con otros países». El objetivo del juego es como el del voleibol, conseguir que la pelota toque el suelo en el campo del equipo rival. Bossaball puede jugarse en equipos de tres, cuatro o cinco jugadores, siendo cuatro en competiciones oficiales.

La altura de la red puede ajustarse para profesionales, mujeres, hombres o niños. Cada equipo dispone de un máximo que 8 toques en su propio campo mientras el jugador de la cama elástica gana altura para preparar un mate espectacular. Se puede usar cualquier parte del cuerpo, pero los jugadores solo pueden tocar una vez seguida la pelota con las manos o dos veces con cualquier otra parte del cuerpo.

El korfball no es de los deportes más conocidos. A nivel mundial es más que centenario, porque se comenzó a practicar en 1900 en los Países Bajos y poco a poco se fue extendiendo por el mundo. En España tuvo su momento de inicio y de auge en los años 70 en los lugares donde los holandeses y belgas venían a veranear: Marbella, la Costa del Sol, Cataluña y el País Vasco. Al final sólo caló en la comunidad catalana, donde ha conseguido continuar.

Es un deporte que tiene cierto parecido -al menos en el aspecto estético- con el baloncesto. Los partidos de esta modalidad enfrentan a dos equipos mixtos -formado cada uno de ellos por cuatro hombres y cuatro mujeres- cuyo objetivo es introducir un balón en un cesto. Las canastas de korfball son de mimbre y están sujetas a un palo situado a 3,5 metros de altura, y el balón -que no se puede tocar con los pies- es muy similar al que se emplea en el fútbol. A pesar de ser un gran desconocido, el korfball llegó a ser olímpico como deporte de exhibición en Amberes 1920 y Ámsterdam 1928.

Debajo del agua

Joan Llonc lleva cuatro años como presidente del comité de Hockey Subacuático. Este consta de dos equipos de 6 jugadores más 4 suplentes cada uno, provistos de aletas, gafas y tubo respirador (snorkel), intentan trasladar por el fondo de la piscina un disco o pastilla de plomo a la portería del equipo contrario con la ayuda de un palo o paleta (stick). Inicialmente se le denominó Octopush, ya que hasta 1984 se disponían de ocho jugadores (octo) que empujaban (push) un disco. El partido se divide en dos tiempos de 15 minutos cada uno más un descanso de 3 minutos. El juego está controlado por tres árbitros, dos en el agua (árbitros acuáticos) y uno en el borde de la piscina (árbitro principal).

«Hace siete u ocho años que empecé en este deporte y los acontecimientos de vida me han llevado hasta aquí». Este tipo de deporte necesita una preparación, apnea, ya que para poder mantenerse activos en el partido, los jugadores deben estar constantemente subiendo a la superficie a respirar y técnica especial.

Es un deporte duro ya que se juega en el fondo de la piscina, por lo que hay que «controlar el aire y la respiración, tanto la tuya como tus compañeros». Dependiendo de la jugada la respiración es distinta. «Es tan importante el control del aire en la piscina como el tiempo de recuperación, es muy duro»: reitera.

El tiempo de inmersión es, por lo general, de dos minutos y medio y unos tres para la recuperación. «Exigimos un chequeo médico al año, para asegurarnos que todo está bien». Un deporte en el que participan más hombres que mujeres. «Es una pena, pero lo hemos solventado». En competiciones españolas se permiten los equipos mixtos. Un equipo de hombres puede tener mujeres pero el femenino siempre lo es. El hockey subacuático es un juego rápido y muy dinámico, por lo tanto su práctica requiere de un considerable esfuerzo, tanto aeróbico como anaeróbico.

«Pues si, es cierto, el Rugby Subacuático existe y es una actividad deportiva que día a día cobra más fuerza y auge a nivel mundial y también en nuestro país», comenta Laura, una aficionada.

El deporte consiste en introducir un balón en la portería del equipo contrario. El objetivo del juego es muy similar al de cualquier otro deporte de equipos, como el fútbol, baloncesto o polo acuático. Sin embargo, lo que hace a este deporte algo único no es el objetivo, sino la manera y las condiciones como se desarrolla el juego.

Existen dos equipos de once jugadores cada uno, seis en el agua y cinco en la banca. Los jugadores poseen, aparte de su traje de baño y gorro de identificación, como los que se utilizan para el polo acuático, un equipo básico de buceo. Hasta ahora no vemos nada peculiar, pero si mencionamos que las porterías se sitúan en el fondo de una piscina de clavados o fosa de saltos, «a una profundidad de entre 3, 5 y 5 metros, ya empezamos a notar que el juego no es tan sencillo como parece».

El balón no es un balón común y corriente, sino que está lleno de agua salada, de manera que ofrece flotabilidad negativa (se hunde). De esta forma es posible trasladarlo por debajo del agua y realizar pases, que en algunos casos pueden llegar a los 2 ó 3 metros en desplazamiento.

Pero quizás lo más llamativo de esta actividad deportiva es que la mayor parte del juego, al igual que el hockey subacuático, se realiza debajo del agua, por lo que los jugadores deben estar en «apnea», es decir aguantando la respiración.

Cinco jugadores se abalanzan a por el stick y asi conseguir un punto para su equipo. / FEDAS

Back to Press