Bossaball, ese deporte que suma cada vez más adeptos

Mezcla camas elásticas, vóley, fútbol y hasta capoeira. El argentino Ariel Bresler cuenta por qué aspiran a llegar a los Juegos Olímpicos.

[El Equipo es el sitio de noticias de Deportea, escrito y producido por los alumnos y profesores de la carrera de Periodismo Deportivo.]

El Bossaball es una disciplina creada hace poco más de diez años por Filip Eyckmans, un belga instalado en España que jugó para la selección de tenis de su país natal y que siempre fue un gran interesado por los deportes. También se desempeñó como manager de bandas y en uno de sus múltiples viajes con los grupos musicales, en Brasil, quedó cautivado por el fenómeno de la Capoeira y por las playas de ese país donde el fútbol, el beach voley, la música y el baile se fusionaban. Así surgió el desarrollo del deporte.

La superficie de juego consiste en colchones inflables y camas elásticas divididos por una red de voley. Se juega entre dos equipos de cuatro o cinco personas y cada equipo puede tocar cinco veces la pelota antes de pasarla al otro lado de la red. Hay dos formas de marcar: con un toque de voley (un punto cuando la pelota golpea en la zona principal del campo oponente y tres puntos cuando la pelota impacta en la cama elástica del oponente) o con un toque de fútbol (tres puntos cuando la pelota golpea en la zona principal del campo oponente o cinco puntos cuando la pelota toca en la cama elástica del oponente).

Ariel Bresler, jugador y organizador, le contó a El Equipo todas sus características y la explosión que ha tenido en nuestro país.

-¿Por qué creés que el Bossaball ha hecho un boom en estos últimos tiempos no sólo en Argentina sino en todo mundo?

-Nos sorprende el crecimiento que está teniendo y principalmente creo que es porque le estamos poniendo muchas ganas, esa es la verdad. El grupo que está detrás de todo esto tiene la visión de ser algún día deporte olímpico y estamos tratando de hacer todo lo posible para que se nos dé. Creo que es porque el Bossaball es más grande que todas las personas que formamos parte. La idea es super buena y la gente se divierte cuando lo juega, entonces creo que con esa combinación de cosas más algunas viralizaciones en las redes sociales termina dando un gran resultado.

-Más allá de que sea un juego que se preste a la diversión, ¿Cómo se entrena un jugador profesional de Bossaball que necesita combinar todas las disciplinas que incluye este deporte?

-Tiene de todo un poco. La verdad que nuestro centro internacional de entrenamiento está en el sur de España, en Marbella. Yo justo vengo de haber estado entrenándome ahí los últimos tres meses y es un lugar increíble que mueve muchos jugadores que están empezando un poco la carrera o que empiezan a participar del Bossaball. Bastantes tuvieron la posibilidad de ir para allá a entrenar y acá estamos en un programa con la Ciudad de Buenos Aires en el que nos presentamos en distintas plazas tres fines de semana al mes para que la gente gratuitamente lo pueda probar y si le gusta, seguir en contacto.

-¿Qué recepción tuvieron de la gente que participó en estos eventos en la Ciudad o en la gira que hicieron, por ejemplo en la costa argentina, que tal vez no conocía o ni siquiera imaginaba la existencia de este deporte?

-Siempre es divertido. Estamos muy acostumbrados a trabajar en la playa y si bien se puede armar adentro, como en Holanda que tiene muchos gimnasios en los que se practica, acá en la playa argentina siempre la onda es muy buena. Está el grupito de amigas y el grupito de amigos que se juntan en el Bossaball y se terminan pasando los teléfonos, ese tipo de cosas para nosotros son muy graciosas. Más allá de eso, el entorno que le damos nosotros a nivel musical y de los profes que enseñan un poco la técnica que usamos hacen que la jornada sea diferente.

-Ya hay conformada una Selección Argentina de Bossaball. ¿Cuándo surgió la idea de armar este grupo y practicar el deporte más seriamente?

-Nosotros venimos hace años con esto. Yo viví afuera, ahí lo conocí y varios volvimos para hacer base en nuestro país. Hay un director deportivo que se encarga más que nada de la parte de entrenamiento y creo que el desembarco del deporte acá fue consecuencia de ir llamando gente del voley, como Diego Gutierrez (Ex jugador) y referentes de cada disciplina como Fede Molinari en gimnasia o Matías Almeyda en fútbol. Eso nos posibilitó ir combinando distintos jugadores llegados de cada deporte y a los que vemos con mejor perfil, los llevamos a trabajar con nosotros en las giras y en los eventos en los que podemos quizás estar uno o dos meses jugando todos los días. De ahí surgió un poco el grupo y la Selección Argentina ya compitió en España el año pasado, en un Mundial en la isla de Bonaire en el caribe y el último torneo fue en Río de Janeiro que nos convocó la Federación Internacional de Voley para jugar frente a Colombia, Bélgica, Holanda y Brasil. Eso fue otro “boom” impresionante y de ahí creo que surge esta última viralización del Bossaball. Estuvimos en Río con cámaras todo el tiempo, de todos los canales del mundo todos los días y eso hizo también a la explosión del deporte.

-¿Creés que haber estado presentes en Río 2016 fue un paso importante en su sueño por convertir este deporte en olímpico?

-Sí, por supuesto. Creo que fue importante en materia de relacionamiento, porque en algún punto te ve gente y participa gente que es muy influyente en la industria del deporte de cada país. El punto es conseguir socios estratégicos que sean importantes en sus países y puedan colaborar con el desarrollo de la disciplina. Nuestra presencia en Río de Janeiro fue para eso y para seguir fomentando la relación con la FiVB (Federación Internacional de Voley) que tiene acceso a muchas otra federaciones alrededor del mundo.

-Para finalizar me gustaría saber por qué vos te interesaste por este deporte o qué fue lo que te llamó la atención de esta combinación de disciplinas.

-Yo jugué al fútbol toda la vida. Me encanta, hincha de River fanático, y siempre me gustó toda la parte deportiva desde jugar hasta ver. Siempre me interesó el espectáculo deportivo y trabajé en muchos eventos así que cuando me contaron la idea de los torneos y empecé a ver el desarrollo ahí en Barcelona de otras disciplinas, compartí el deporte con quién lo creó y sentí que faltaba el desarrollo empresarial. En seguida me cautivó y empecé a jugar porque simplemente me parecía divertido. Creo que esa era la clave. Cuando te divertís haciendo lo que haces no sentís que estés trabajando.

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